14 de julio de 2023

Poema III




Ayer me levanté con versos

                                en la comisura de los labios

busqué la realidad de la ciudad desnuda,

niña que llora por la leyenda urbana del profeta abandonado en la memoria de lo cotidiano.

 

Me vestí de cicatrices grabadas en la madrugada


busqué en el cajón izquierdo de mi pecho

las tres letras de mi nombre,

el asedio atrapó la dolencia de las ruinas,

 salí con piel transparente

y sed incontenible debajo de la lengua.

 

Los pies danzaban en la neblina del silencio, 

cadáver del cielo 

que cruza la divinidad del mundo.


En las esquinas del recuerdo,

la bravura de mis ojos

lee la memoria de los muertos,

 reflejo de gritos en días enterrados.

 

Las palabras guardan el eco de la sangre

las manos recobran el asombro de la infancia.

La muerte es un juego inocente en estas calles…


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