12 de agosto de 2011
Noche III
La saliva de la noche
se desliza en las caderas de la soledad,
le acaricia los pezones
succiona sus recuerdos
se los bebe en los segundos,
muerde su ombligo,
le humedece la entrepierna,
queda infinita, penetrada,
eyaculando imágenes nocturnas.
17 de junio de 2011
Noche II
Noche,
te habito en la hora del olvido
madre insaciable de palabras
cae tu sombra en las tazas de café,
dictas los días en el recuento de la oscuridad
los sonámbulos te penetran cansados,
cómplices de tu presencia.
A esta hora donde todo lo circundas
el espejo me abarca desnuda,
crucificada, con la corona de espinas en la memoria,
eres mi presencia.
Madre que abandona a los débiles,
les consume la sangre para ser tiempo,
el segundo abraza el aire
alguien llega a una ciudad nueva
transformada en el monstruo que la consume,
los dioses de han ido ante tu presencia,
los amantes jadean en parques abandonados,
los miras sedienta.
Noche, mártir de las cenizas de los poetas
alguien tomo el estandarte de tu cuerpo
para escribir la historia guardada bajo tu falda.
Sentada con los ojos entreabiertos
le pregunto a lo que queda de mi
¿Quién soy?
lo sabes tú noche virgen acorralada
por las plegarias y los rezos.
¿Cuánto tiempo serás
la prostituta de los abandonados?
¿Cuánto tiempo seré la amante
cómplice que te paga las horas con palabras?
Frente al espejo
sacrifico mi virginidad,
desgarro en un rito
el secreto de mi exilio,
lavo mi corazón, lo destilo,
lo zurzo mientras las articulaciones
se rompen y oculto estas palabras desahuciadas.
Ausente de mi misma,
desconozco el origen de mi nombre,
mi sombra lo grita sin piedad,
el sinsentido me aprisiona,
se alimenta del hambre de mis huesos,
la tentación de mi muerte me acaricia el cabello.
Marchito los segundos, me los trago a bocanadas,
saboreo la hiel que me posee y en la orilla
de la cama pierdo la inocencia
en el estertor de mi silencio.
2 de abril de 2011
Noche I
Noche,
abuela que se acomoda en el cabello
las flores de los muertos,
les canta su canción de abandonados,
abre la tierra,
lame los huesos roídos por la indiferencia,
se sienta en las tumbas y espera.
abuela que se acomoda en el cabello
las flores de los muertos,
les canta su canción de abandonados,
abre la tierra,
lame los huesos roídos por la indiferencia,
se sienta en las tumbas y espera.
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