28 de octubre de 2009
Mi piel se acaricia cada noche,
se arrulla en la luna nueva de mis pechos,
transpira el aroma de la tierra,
le gusta insistir en lo imposible,
sabe del peligro de los sueños
los domina, los cabalga en las palabras.
Se baña en el agua sagrada
de las notas de un poeta,
esta desnuda al amor divino,
es el universo sagrado,
es religión, sabiduría protegida
por una profecía mas honda que el abismo.
Es la fuerza natural de lo que soy…
2 de octubre de 2009
Mujer...
Fascinación de la memoria,
símbolo de fertilidad,
halo envolvente en el
sabor del estigma divino del sexo.
Las verdades al margen de la historia
transforman el genero de fuego:
diosas, olor de venganza en los labios.
Nuestra caverna impregnada de sándalo
transporta al que nos penetra
a la mitología del ser felino que posee,
habita la humedad en la arcilla cuneiforme.
Nuestro corazón palpita en la leyenda del misterio,
fortalece los quejidos de la noche.
Tristeza...
…en el nombre tiene la tristeza,
la arrastra, sombra de la que
permanece preñada,
la acaricia y la arrulla con los pechos
abiertos al dolor,
come con ella, fornica
sobre los asientos del metro
y sigue imaginando que el viaje
es una permanencia que algún
día la abandonara,
por eso tiene hijos para dejarles
en la sangre la tristeza intacta que la habita…
1 de octubre de 2009
Ayer...
Ayer me levante con versos en la comisura de los labios
busque la realidad de la ciudad desnuda,
niño que llora por la leyenda urbana del profeta
abandonado en la memoria de lo cotidiano.
Me vestí de cicatrices marcadas en la madrugada
busque en el cajón izquierdo de mi pecho
las tres letras de mi nombre,
el silencio atrapo los sentidos,
salí con piel transparente
y sed incontenible debajo de la lengua.
Los pies danzaban en la neblina del silencio,
cadáver del cielo que cruza la divinidad del mundo,
ausencia en la presencia del camino trazado por mis pasos,
las respiración de los habitantes se detuvo,
sola por las esquinas de los recuerdo,
la bravura de mis ojos lee la memoria de los muertos,
reflejo de gritos de un tiempo enterrado,
su palabras guardan el eco de la sangre,
las manos recobran la inocencia de la infancia.
La muerte es un juego inocente en estas calles...
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